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Espacio ayurveda
elemento éter
El elemento éter, llamado “akasha” en sánscrito, es el primero de los cinco grandes elementos (pancha mahabhutus). Es el primero porque es el más sutil de los elementos. A menudo se le llama “espacio” y es la esencia del vacío. Es el espacio que llenan los demás elementos. El origen del éter es shabda. Shabda es el tanmatra del sonido, lo que significa que shabda es el sonido en su forma primordial e inmanifestada. Shabda es el espacio primordial del que surge la vibración mucho antes de que tome la forma de sonido en el oído. El sonido y el éter son inseparables.
Debido a su íntima relación, el oído se considera el órgano sensorial asociado al elemento éter, y la voz (boca) es su órgano de acción. La pérdida de la audición y de la voz son dificultades que suelen deberse a la viciación del elemento éter en el cuerpo.
El éter tiene cualidades, pero a diferencia de los otros elementos, las cualidades del éter se basan más en la ausencia de su cualidad opuesta que en la propia cualidad. Por ejemplo, el éter es frío. Es frío porque carece del calor creado por el fuego. El éter es ligero porque carece de la pesadez creada por la tierra y el agua. El éter es inmóvil porque carece de la naturaleza propulsora del aire. El éter es sutil porque carece de la presencia profunda de los elementos más evidentes. El éter también es omnipresente. Está en todas partes. Es el sustrato del que se derivan todos los demás elementos. El éter forma parte de todos los demás elementos. En cualquier aspecto de la creación se puede encontrar el éter. El éter es el más expansivo de los elementos. Sin forma ni fronteras, el éter no tiene límites. Debido a su cualidad expansiva, el éter es la causa de la diferenciación.
elemento espacial de la naturaleza
Sin ellos, la vida no es posible. Todo lo que existe ocupa un espacio; el viento se identifica con el movimiento, es decir, el pulso – una característica básica de la vida; el fuego, el calor o el sol son requisitos indispensables para la vida, como el agua y la tierra, también. Todo el universo material que nos rodea está formado por la combinación de estos elementos en diferentes proporciones.
Los sabios ayurvédicos condensaron estos cinco principios en 3 tipos constitucionales – doshas, que se denominan: vata (una combinación de los elementos de espacio y aire); pitta (una combinación de fuego y agua) y kapha (una combinación de agua y tierra). Estos principios rigen toda nuestra fisiología.
En la medicina moderna se encuentran paralelismos con este enfoque. El principio vata (viento) opera la comunicación y el movimiento del cuerpo – se ocupa del sistema nervioso; de las articulaciones – donde se produce el movimiento; de la eliminación de residuos, etc. Su sede principal es el colon. Pitta (fuego) se relaciona con los procesos metabólicos del cuerpo. Utilizando el vocabulario de la medicina alopática, es responsable del sistema endocrino (hormonas) y del sistema digestivo (enzimas). Los principales órganos de pitta son el intestino delgado, el hígado y el duodeno, mientras que kapha (tierra) está relacionado con la estructura del cuerpo: 7 tejidos corporales, huesos y músculos.
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El elemento éter, llamado “akasha” en sánscrito, es el primero de los cinco grandes elementos (pancha mahabhutus). Es el primero porque es el más sutil de los elementos. A menudo se le llama “espacio” y es la esencia del vacío. Es el espacio que llenan los demás elementos. El origen del éter es shabda. Shabda es el tanmatra del sonido, lo que significa que shabda es el sonido en su forma primordial e inmanifestada. Shabda es el espacio primordial del que surge la vibración mucho antes de que tome la forma de sonido en el oído. El sonido y el éter son inseparables.
Debido a su íntima relación, el oído se considera el órgano sensorial asociado al elemento éter, y la voz (boca) es su órgano de acción. La pérdida de la audición y de la voz son dificultades que suelen deberse a la viciación del elemento éter en el cuerpo.
El éter tiene cualidades, pero a diferencia de los otros elementos, las cualidades del éter se basan más en la ausencia de su cualidad opuesta que en la propia cualidad. Por ejemplo, el éter es frío. Es frío porque carece del calor creado por el fuego. El éter es ligero porque carece de la pesadez creada por la tierra y el agua. El éter es inmóvil porque carece de la naturaleza propulsora del aire. El éter es sutil porque carece de la presencia profunda de los elementos más evidentes. El éter también es omnipresente. Está en todas partes. Es el sustrato del que se derivan todos los demás elementos. El éter forma parte de todos los demás elementos. En cualquier aspecto de la creación se puede encontrar el éter. El éter es el más expansivo de los elementos. Sin forma ni fronteras, el éter no tiene límites. Debido a su cualidad expansiva, el éter es la causa de la diferenciación.
personalidad del elemento éter
Ahora bien, tamas no es necesariamente algo malo. Es simplemente una cualidad natural de la energía. Es una de las tres cualidades de la materia (Triguna) junto con rajas, la energía dinámica de la actividad, y sattva la energía de la pureza.
Una de las explicaciones de cómo puede acumularse tamas en un espacio es el cambio en el equilibrio orgánico de los cinco elementos de la naturaleza -el Pancha Maha Bhutas, de tierra, agua, fuego, aire y espacio- hacia un exceso del elemento tierra.
Esta energía tamásica es esencial en algunos lugares, como el dormitorio, ya que necesitamos esta energía pesada y aburrida para ayudarnos a dormir por la noche. Sin embargo, un exceso de tamas en un espacio puede percibirse a través de los sentidos y puede influir en la mente y hacer que nos sintamos aletargados, pesados y, francamente, decaídos, negativos o deprimidos.
Tanto si quieres fomentar una energía más positiva en tu casa como si buscas algunas herramientas para cambiar las vibraciones de un espacio aburrido o estancado, aquí tienes algunos consejos para promover la paz, el equilibrio y el sattva en cualquier entorno.
El canto de mantras sánscritos es una forma poderosa de limpiar la energía de un espacio y elevar su vibración energética. Estos sonidos poderosos y curativos rompen las energías estancadas o pesadas de un entorno y transforman nuestro estado de ánimo.
